sábado, 23 de julio de 2022

MINDFULNESS PARA PRINCIPIANTES EN TIEMPOS DE CRISIS


Eran días difíciles. El mundo cambió en un par de meses como nadie lo había sospechado; bueno tal vez Bil Gates o Los Simpsons. La amenaza se acercó con rapidez a todos en todo el mundo, amenazando las vidas de todos y ante la duda se genera el miedo, ante la posibilidad ser contagiado y tener una debilidad en tu cuerpo y como en la ruleta rusa no saber si saldrá o no el disparo mortal. 

De repente el mundo se detuvo y en siglos los animales tuvieron un poco de paz y el planeta tuvo un respiro. Fue surrealista ver imágenes de los centros de las mas grandes ciudades del mundo vacías; ver aeropuertos con los aviones en tierra.

Los cambios en la vida cotidiana fueron drásticos, desde los encierros a la dificultosa tarea de salir cuando se podía. No se podía tocar la cara y se usaba una mascarilla para salir donde había más personas, con la que tenías que guardar una distancia de al menos metro y medio, para evitar el contagio del virus. Era difícil soportar la picazón en la cara, bajo el sol quemante en las larguísimas colas para entrar a los bancos. Como que cuando sabes que no debes de hacerlo, hay un impulso interior que te lleva a lo contrario. 

Eso exactamente usaba para la meditación diciéndome no pienses en el éxito, como lo resume desde el título el libro de comunicación política: No pienses en elefantes de un destacado lingüista que ha estudiado como configura el lenguaje el pensamiento pero en cuanto a las sociedades. 

Decidí usar mis pocos conocimientos y prácticas de “mindfulness” o “concentración plena” para sobre llevar la rutina diaria con todas sus pequeñas y riesgosas dificultades, como ir de compras cuando puedes salir y las 24 horas en casa durante 7 días. 

De cómo configuramos nuestros marcos de pensamiento por medio del lenguaje depende mucho de lo que ocurre en nuestras vidas. Eso que parece sacado de las recetas de vida que tanto he detestado de best sellers de cómo alcanzar el éxito, ahora me hace sentido y no lo he sacado de esos libros. No quiero despotricar sobre ellos, porque no los he leído, pero si de otros que abordan desde distintos enfoques y áreas del conocimiento el poder de la mente. 

Sí, eran tiempos muy difíciles. El mundo ya no sería el mismo y la vieja normalidad quedó atrás, venía una nueva normalidad…pero mientras tanto, la muerte andaba rondando y empezaba a llevarse conocidos. No se puede ser indiferente ante tanto dolor humano que esta pandemia vino a provocar. La miseria que ya vivía mucha de nuestra gente se vino a agravar y como toda crisis saca lo peor y lo mejor de las personas, hemos podido ver aflorar en el mundo la demencia y la peor maldad de los liderazgos…¡qué estaremos pagando con tanto demente dirigiendo países!, los populistas que se creen mesías están de nuevo de moda, seduciendo a las masas con su grandilocuencia vacía. 

Aún con todo ese panorama, mis conocimientos, aunque limitados, fueron de gran ayuda. Mi contacto con la meditación viene de hace unos años. Empecé de manera instintiva en mi adolescencia y luego encontré la cosmovisión maya y el uso las energías del día. De nuevo me ha tocado poner prueba el poder de la mente. La primera vez fue cuando salí huyendo del quirófano para evitar una operación en la columna vertebral. Con mi mente y ejercicios que encontré de un fisioterapista español, superé lo que para el neurocirujano solo era posible metiendo el bisturí, metiendo el cuchillo para decirlo con nuestras palabras.

Como decía, el ejercicio de la meditación lo empecé de manera empírica desde niño, después en la honda del new age, en la década de los 90 en el siglo pasado, momentos en los que también me adentré en las enseñanzas de los abuelos mayas con una meditación a la energía del día. Pero realmente practicar la meditación con disciplina ha sido reciente, bueno es mucho decir con disciplina, pero digamos con cierta regularidad. 

Cada mañana hago apenas 10 minutos de meditación, no es suficiente, pero es de gran ayuda. Noah Harari el autor de Homo Sapiens hace media hora en la mañana y media hora en la noche, Eslon Musk hace todas las mañanas y el cineasta David Linch es un entusiasta promotor de esta práctica. 

Así que en tiempos de cuarentena y luego con la reapertura económica, los limitados conocimientos y prácticas de mindfulness han servido para sobrellevar las inclemencias de un momento que parece a lo que esperamos podría pasar en el 2012.

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