Manchas
de dolor
se
esparcen por el territorio;
el
color púrpura en las calles,
en
los campos, en las comunidades,
día
tras día coloreando
el
mapa de un pueblo
inundado
de sufrimiento
con
una historia triste,
con
un pasado trágico
y
con un futuro incierto
Recorriendo
veredas,
transitando las calles;
un
tinto sin fin camina
dejando
centenares de familias,
millares
de hogares
con
la sombra del luto,
con
la humedad de las lágrimas.
El
color del amor se transforma
en
el símbolo del martirio
después
que la locura asesina
se
desbordó llevándose la vida,
llevándose
la paz,
perdiéndose
en cada esquina
la
esperanza del mañana
el
sosiego del presente
El
sonido de la angustia
suena
en las esquinas
de
la ciudad sitiada
sus
ecos retumban
en
los caminos rurales
los
espectros de la muerte
deambulan
sin pausa
y
la fúnebre música
acompaña
su danza
¿Quién
pondrá el dique?
¿quien cerrará el grifo?
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